El Tren de Aragua en México: Descubriendo esta amenaza internacional

La presencia de El Tren de Aragua en México ha encendido las alarmas de autoridades nacionales e internacionales. Este grupo criminal venezolano, que nació en las cárceles de Aragua bajo el liderazgo de Héctor Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, logró expandir sus operaciones fuera de su país natal y, desde 2021, se infiltró en por lo menos 11 estados mexicanos.

La presencia de El Tren de Aragua en México ha ido acompañada de alianzas con cárteles de alto poder como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación (CJNG), ha transformado el panorama del crimen organizado en la región.

Expansión del Tren de Aragua en México

De acuerdo con reportes de la DEA, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y dependencias federales de México, la organización opera en Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Hidalgo, Puebla, Estado de México, Guanajuato, Ciudad de México, Tamaulipas y Chihuahua.

En estas entidades, El Tren de Aragua en México participa en delitos de alto impacto como tráfico de migrantes, trata de personas, extorsión, narcomenudeo, secuestro y homicidios. Aunque aún no alcanza el poder militar ni la estructura financiera de los grandes cárteles mexicanos, ha conseguido insertarse en mercados ilícitos clave, destacando su control sobre rutas migratorias y redes de explotación sexual.

Un dato relevante es la manera en que sus integrantes han aprendido a ocultar su identidad: si en Venezuela los tatuajes de trenes o coronas eran distintivos, en México utilizan códigos más discretos para evitar ser detectados por las autoridades.

Cada mes surgen más detenidos, presuntos integrantes de El Tren de Aragua en México

Una relación táctica con los cárteles mexicanos

El especialista en seguridad Marco Antonio Vargas González explica que la relación entre los cárteles y el Tren de Aragua es de carácter táctico y no estructural. Según su análisis, los cárteles utilizan al grupo venezolano como mano de obra criminal y red de apoyo en el tráfico de migrantes, mientras que el Tren de Aragua se beneficia de la protección y control territorial que ofrecen estas organizaciones mexicanas.

Sin embargo, el riesgo es que esta alianza coyuntural evolucione hacia una integración más profunda, lo que podría incrementar el nivel de violencia y dificultar aún más la labor de contención de las autoridades.

Control del Tren de Aragua en la Ciudad de México

Uno de los focos más preocupantes es la Ciudad de México, donde se ha identificado la presencia del grupo en las alcaldías Cuauhtémoc, Tlalpan y Gustavo A. Madero. Estas zonas, estratégicas para el comercio sexual y la venta de drogas, se han convertido en puntos de disputa tras la alianza del Tren de Aragua con la Unión Tepito y, más recientemente, con la AntiUnión.

El asesinato de Diana Odely Martínez, sobrina del fundador de la Unión Tepito, en junio de 2023, marcó un antes y un después en la violencia capitalina, intensificando los operativos y las detenciones de venezolanos vinculados a la organización.

Entre las capturas más relevantes destaca la de Euclides Manuel Arias Suárez, alias Morgan o Kilin Morran, detenido en diciembre de 2024 y señalado como líder de una célula del Tren de Aragua implicada en feminicidios. También fue detenida Nubia “N”, considerada una de las principales operadoras. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades han capturado principalmente a operadores de bajo perfil.

La respuesta de Estados Unidos y la presión internacional

El avance de El Tren de Aragua en México no ha pasado desapercibido en el ámbito internacional. El 24 de junio, el Departamento de Estado de Estados Unidos designó al grupo como organización terrorista extranjera, lo que le permite ejecutar arrestos inmediatos, deportaciones y operaciones militares específicas contra sus integrantes.

Ese mismo día, Washington sancionó a Giovanni Vicente Mosquera Serrano, uno de sus líderes, y ofreció una recompensa de hasta 3 millones de dólares por información que lleve a su captura. El FBI lo incluyó entre los 10 fugitivos más buscados, mientras que la OFAC bloqueó los bienes de sus operadores y advirtió a bancos extranjeros sobre sanciones si mantienen vínculos con esta red criminal.

México reconoce el desafío

En respuesta, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, reconoció públicamente la presencia del grupo en la capital, mientras que la fiscal Bertha María Alcalde Luján subrayó la importancia de las detenciones recientes.

Las autoridades mexicanas, sin embargo, enfrentan un desafío complejo: contener a un grupo que combina la experiencia delictiva venezolana con el poder de los cárteles locales. La colaboración entre estas estructuras transnacionales eleva el crimen organizado a un nivel que trasciende fronteras y amenaza la seguridad regional.

El Tren de Aragua en México ¿Realidad o discurso político?

La presencia de El Tren de Aragua en México confirma que el crimen organizado evoluciona y se adapta rápidamente a los contextos más rentables. Con su especialización en trata de personas y tráfico de migrantes, el grupo se ha convertido en un aliado funcional para los cárteles mexicanos, al tiempo que siembra terror en comunidades vulnerables.

El reto para las autoridades será impedir que esta colaboración táctica se convierta en integración estructural, lo que transformaría al Tren de Aragua en una de las principales amenazas de seguridad en México y América Latina.

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