El pastor Chiribaya fue reconocido oficialmente como el perro patrimonio cultural de Perú tras la promulgación de la Ley N.º 32442, que declara de interés nacional la investigación, protección y conservación de esta raza ancestral.
Esta decisión busca resguardar no solo a una especie vinculada a la cultura precolombina Chiribaya, sino también a un importante componente de la identidad histórica, arqueológica y genética del país.
La norma, publicada el 16 de septiembre de 2025 en el diario oficial El Peruano, establece que el Ministerio de Cultura, en coordinación con el Gobierno Regional de Moquegua y la Municipalidad Provincial de Ilo, será el encargado de impulsar acciones conjuntas para preservar a este perro andino, considerado un símbolo del vínculo entre los pueblos originarios y sus animales de compañía.
¿Quiénes fueron los Chiribaya y qué papel cumplía su perro?
La cultura Chiribaya se desarrolló entre los años 900 y 1350 d.C. en el actual departamento de Moquegua, al sur de Perú. Esta civilización preincaica dejó importantes vestigios arqueológicos en el distrito de El Algarrobal, donde hoy funciona el Museo Municipal de Ilo, que resguarda piezas cerámicas, textiles y restos momificados de la época.
Entre estos hallazgos destacan los restos de perros enterrados junto a sus dueños, lo que refleja la relevancia simbólica y social que tuvieron para esta cultura. Según especialistas, el perro pastor Chiribaya era un animal de trabajo que cumplía funciones esenciales en la economía pastoril de la zona: ayudaba a guiar y proteger llamas y alpacas, siendo un aliado indispensable en la crianza de camélidos.
Ángela Gutiérrez Pacheco, directora del Museo Municipal El Algarrobal, explicó en entrevista con RPP que en la institución se conservan dos momias de perros pastor Chiribaya, de las cuales una está en exhibición. “Mostramos a los turistas nacionales y extranjeros a este perrito que acompañaba a los pastores Chiribayas, porque representa un vínculo profundo entre los humanos y los animales andinos”, señaló.

La ley que reconoce a un perro patrimonio cultural de Perú
El Pleno del Congreso de la República aprobó por unanimidad el dictamen que otorga al perro pastor Chiribaya el estatus de patrimonio cultural de la Nación. Este reconocimiento no solo busca resguardar a la raza, sino también fomentar su investigación científica en campos como la arqueología, la genética y la biología.
El texto de la Ley N.º 32442 subraya que el Estado deberá garantizar medidas de protección, conservación y puesta en valor del perro Chiribaya, articulando esfuerzos entre instituciones públicas, comunidades locales e investigadores.
Con esta decisión, Perú reafirma su compromiso de proteger razas originarias y fortalecer su identidad cultural frente al mundo, al tiempo que abre la puerta a programas de cría y preservación.
Opinión de especialistas: rescatar una raza con más de mil años
El presidente de la Asociación Canófila Peruana (ACP), Jaime Rodríguez Valencia, destacó la importancia del reconocimiento legal, al considerar que se trata de un paso fundamental para evitar la desaparición de esta raza ancestral.
Rodríguez explicó que, tras más de un milenio de existencia, el perro Chiribaya ha experimentado procesos de mestizaje natural, lo que ha diluido algunas de sus características originales. Por ello, desde la ACP se impulsa un programa de identificación de ejemplares que conserven los rasgos fenotípicos del antiguo pastor, con el fin de iniciar reproducciones controladas y preservar su legado.
“Estamos hablando de un perro con una antigüedad de más de mil años. Durante este tiempo se reprodujo a libre albedrío, lo que ha generado mestizaje. Nuestro trabajo es encontrar ejemplares representativos y garantizar que esta raza no se pierda”, declaró el especialista.
El perro patrimonio cultural de Perú en el imaginario colectivo
El reconocimiento del perro pastor Chiribaya como patrimonio cultural de Perú no solo tiene un valor científico, sino también un impacto simbólico y turístico. Al igual que el perro sin pelo del Perú (Viringo), esta raza puede convertirse en un embajador cultural que fortalezca la identidad nacional y promueva el turismo en regiones como Moquegua.
Para las comunidades locales, el perro Chiribaya representa un vínculo histórico entre el hombre y la naturaleza, un recordatorio de cómo los pueblos originarios integraban a los animales en su vida cotidiana, tanto en lo económico como en lo espiritual.
Los restos hallados demuestran que estos perros recibían homenajes y ofrendas al morir, lo que evidencia el profundo respeto que los Chiribaya sentían por ellos. Esta visión ancestral coincide con tendencias contemporáneas que reconocen a los animales como seres con derechos y parte fundamental del patrimonio cultural inmaterial.
Retos y proyecciones
La declaración de patrimonio cultural marca un hito, pero también abre desafíos importantes:
- Identificar ejemplares actuales que conserven los rasgos originales del pastor Chiribaya.
- Impulsar investigaciones genéticas para confirmar la línea de descendencia.
- Desarrollar campañas educativas que difundan el valor cultural de esta raza en escuelas y comunidades.
- Incorporar al perro Chiribaya en circuitos turísticos y museográficos para fortalecer la identidad regional.
De lograrse estos objetivos, el perro pastor Chiribaya no solo será un perro patrimonio cultural de Perú, sino también un símbolo vivo de la relación histórica entre los pueblos andinos y sus animales de compañía.
El perro pastor Chiribaya es mucho más que una raza canina: es un testimonio arqueológico, biológico y cultural de la grandeza de la civilización Chiribaya. Con la promulgación de la Ley N.º 32442, Perú asegura la protección de un legado que combina historia, tradición y ciencia.
Hoy, este perro no solo forma parte del pasado, sino que se proyecta al futuro como un patrimonio cultural vivo que debe ser preservado, estudiado y difundido para las nuevas generaciones.
