En Estados Unidos se viven momentos de conmoción tras confirmarse el asesinato de la congresista en Minnesota, Melissa Hortman, y su esposo, en lo que las autoridades califican como un atentado políticamente motivado.
El trágico suceso ocurrió la noche del viernes 13 de junio y ha provocado una ola de reacciones en todo el país, desde el gobernador estatal hasta el expresidente Donald Trump.

Gobernador condena la violencia política
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, ofreció una conferencia de prensa el sábado 14 de junio donde informó sobre el fallecimiento de la ex presidenta de la Cámara de Representantes estatal, Melissa Hortman, y su esposo. Ambos murieron tras ser atacados con arma de fuego por un sospechoso que se hacía pasar por oficial de policía.
“Debemos oponernos a todas las formas de violencia política”, expresó Walz. “Los responsables rendirán cuentas. Esto es un ataque contra nuestra democracia”.
Otro legislador resultó herido en el atentado
Durante el mismo ataque también resultaron heridos el senador estatal John Hoffman y su esposa. Hoffman, miembro del Partido Demócrata, fue electo por primera vez en 2012 y ha sido una figura influyente en el norte del estado.
Es conocido por su trabajo en el distrito de Anoka-Hennepin, donde anteriormente fue vicepresidente de la Junta Escolar.
El legislador se encuentra en condición estable, aunque recibió impactos de bala. Tanto él como Hortman representaban distritos situados al norte de Minneapolis.
Asesinato de la congresista en Minnesota: Melissa Hortman
Melissa Hortman, de 53 años, fue una figura destacada del Partido Demócrata en Minnesota. Elegida por primera vez en 2004, se desempeñó como presidenta de la Cámara de Representantes y fue una de las principales líderes legislativas del estado. Era reconocida por su trabajo en temas ambientales, laborales y derechos civiles.
Con el asesinato de la congresista en Minnesota ha generado indignación entre colegas, funcionarios y organizaciones que trabajan contra la violencia política.
Trump se pronuncia sobre el asesinato
El expresidente Donald Trump reaccionó al asesinato de la congresista en Minnesota a través de su portavoz, Karoline Leavitt. En un mensaje compartido en su red social, Trump aseguró estar al tanto del tiroteo y pidió una investigación a fondo.
“He sido informado del terrible tiroteo que parece haber sido un ataque dirigido contra legisladores estatales. Este tipo de violencia no será tolerada en los Estados Unidos”, publicó Trump. Además, confirmó que el FBI y la fiscal general Pam Bondi están a cargo de las investigaciones.
Sospechoso usó uniforme de policía
Las autoridades señalaron que el atacante vestía como un agente de la ley, lo que facilitó su acceso a las víctimas. Drew Evans, superintendente de la Oficina de Aprehensión Criminal, informó que se están realizando autopsias para confirmar la causa exacta de las muertes.
“El sospechoso explotó la confianza que las personas tienen en los uniformes policiales. Esa traición es profundamente perturbadora”, dijo Bob Johnson, comisionado de Seguridad Pública.
El atacante aún no ha sido detenido, pero las fuerzas de seguridad continúan su búsqueda activa y piden a la ciudadanía cualquier información que pueda ayudar a localizarlo y determinar las causas del asesinato de la congresista en Minnesota.
Reacciones de líderes y organizaciones
La excongresista Gabrielle Giffords, quien sobrevivió a un tiroteo en 2011, expresó su tristeza y solidaridad con las víctimas del ataque en Minnesota. A través de su organización Giffords, dedicada a prevenir la violencia armada, condenó el atentado y llamó a unir esfuerzos para detener el extremismo violento.
“Un ataque contra legisladores es un ataque contra la democracia misma. Los líderes deben alzar la voz y condenar el extremismo que amenaza todo lo que representa este país”, señaló Giffords.
Un llamado nacional contra la violencia política
El asesinato de la congresista en Minnesota ha encendido las alarmas sobre el creciente nivel de violencia política en Estados Unidos. En medio de un clima de polarización y tensiones sociales, este hecho reaviva el debate sobre la seguridad de los funcionarios electos y la necesidad urgente de fortalecer las instituciones democráticas.
Mientras las investigaciones continúan, el país observa con atención y preocupación este trágico suceso que ha dejado una profunda herida en la política estadounidense.