La eliminación de direcciones y gerencias de PEMEX fue confirmada como parte del ambicioso plan de transformación que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum, con el objetivo de reorganizar por completo a la empresa estatal y enfrentar su crisis financiera.

Este movimiento marca un antes y un después en la historia de la petrolera, que enfrenta deudas multimillonarias y una estructura considerada ineficiente y sobredimensionada.

Durante una conferencia de prensa celebrada el 11 de julio, Sheinbaum declaró que se encuentra en marcha una “transformación profunda” de Petróleos Mexicanos, cuyos detalles serán revelados completamente en las próximas semanas.

Sin embargo, ya se han filtrado varias supresiones en la búsqueda de la eliminación de direcciones y gerencias de PEMEX, que busca sanear las finanzas de la empresa y aumentar su eficiencia operativa.

Reducción de estructuras y optimización administrativa: eliminación de direcciones y gerencias de PEMEX

De acuerdo con la columnista Atzayaelh Torres de El Financiero, el plan contempla la eliminación de una dirección, diez subdirecciones, siete coordinaciones y 34 gerencias dentro de las empresas subsidiarias de PEMEX. Este recorte forma parte de una estrategia mayor para suprimir áreas duplicadas y reorganizar funciones dispersas.

La eliminación de direcciones y gerencias de PEMEX afectará directamente a áreas estratégicas como Administración y Servicios, Jurídica, Finanzas, Planeación y Auditoría Interna.

La medida también impactará a las subsidiarias más relevantes de la petrolera, incluyendo PEMEX Exploración y Producción, PEMEX Transformación Industrial y PEMEX Logística.

Especialmente en el caso de PEMEX Transformación Industrial, considerada la unidad con mayores pérdidas, se prevén cambios sustanciales que buscan contener el drenaje financiero.

Por su parte, PEMEX Logística será reorganizada para asumir un rol más centralizado, al concentrar funciones antes distribuidas en otras áreas operativas.

Creación de una nueva Dirección de Comercialización

Además del recorte estructural, el plan de reestructuración contempla la creación de una Dirección de Comercialización.

Esta nueva instancia será la encargada de centralizar todas las actividades de ventas dentro de la empresa, con el fin de mejorar la coordinación entre subsidiarias, evitar duplicidades y aumentar la eficiencia operativa.

“El gobierno busca tener una visión completa de la cadena de valor. Al adelgazar a PEMEX, se logrará mayor transparencia en el flujo de dinero que se genera y el que se recibe por transferencias estatales”, señala Torres en su columna.

Un modelo de integración vertical

Claudia Sheinbaum explicó que uno de los principales problemas de PEMEX radica en la fragmentación administrativa que ha sufrido desde 1992 y que se profundizó en 2013 con la creación de 40 filiales. Según la presidenta, este modelo debilitó el funcionamiento de la empresa.

La reestructuración propuesta apunta hacia un modelo de integración vertical, es decir, una sola entidad que integre toda la operación de la cadena de valor: desde la exploración y producción de petróleo hasta la venta de gasolina.

“No tiene por qué haber tantas empresas. Con cuentas claras, pero debe ser una sola entidad”, afirmó Sheinbaum, quien recalcó que ninguna petrolera en el mundo funciona con el nivel de fragmentación que hasta ahora mantenía PEMEX.

Deuda y herencia de la administración anterior

La petrolera mexicana enfrenta una deuda considerable. Actualmente debe más de 404 mil millones de pesos a proveedores y contratistas, además de arrastrar compromisos financieros que rebasan los 6 mil millones de dólares. Esto a pesar de que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, PEMEX recibió más de 1.1 billones de pesos en apoyos fiscales.

El nuevo gobierno busca reducir esta carga sobre el erario público con una estrategia que haga a PEMEX más autosuficiente y menos dependiente del presupuesto federal.

Conclusión: un nuevo rumbo para PEMEX

La eliminación de direcciones y gerencias de PEMEX es apenas el primer paso de una transformación estructural profunda que pretende cambiar el rostro de la empresa más emblemática del Estado mexicano. Si se implementa con éxito, esta reestructuración podría sentar las bases de un modelo más eficiente, transparente y competitivo a nivel internacional.

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