¿Cómo saber que tengo VPH? Síntomas, pruebas y prevención en hombres y mujeres

El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más común en el mundo. Se calcula que 8 de cada 10 personas tendrán contacto con este virus en algún momento de su vida, aunque muchas ni siquiera lo sabrán.

El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más común en el mundo. Se calcula que 8 de cada 10 personas tendrán contacto con este virus en algún momento de su vida, aunque muchas ni siquiera lo sabrán. Esto se debe a que en la mayoría de los casos el VPH es transitorio y el propio sistema inmunológico lo elimina sin generar síntomas.

Sin embargo, cuando se trata de tipos de VPH de alto riesgo, la infección puede derivar en problemas de salud graves como verrugas genitales y diversos tipos de cáncer, entre ellos el cervicouterino en mujeres y el cáncer anal, de pene o de garganta en hombres.

Por eso, una de las preguntas más frecuentes es: ¿Cómo saber que tengo VPH? En esta guía te explicamos los síntomas más comunes, las pruebas de detección, los factores de riesgo y las medidas de prevención más efectivas.


¿Cómo se transmite? Saber que tengo VPH

El VPH se transmite principalmente por contacto sexual vaginal, anal u oral con una persona infectada. No es necesario que existan síntomas para contagiarse: alguien puede ser portador del virus y no saberlo.

El preservativo reduce el riesgo de transmisión, pero no lo elimina al 100 %, ya que el virus puede afectar zonas de la piel que no quedan cubiertas por el condón. También puede transmitirse a través del contacto piel con piel en la zona genital.


¿Cómo saber que tengo VPH?

El principal problema del VPH es que en la mayoría de los casos no presenta síntomas visibles. Esto hace que muchas personas convivan con el virus sin enterarse. No obstante, existen algunos signos que pueden alertar:

En mujeres

  • Cambios en el cuello uterino detectados mediante un Papanicolaou.
  • Lesiones precancerosas visibles con una colposcopia.
  • Aparición de verrugas genitales en vulva, vagina, cuello uterino, región anal o muslos.

En hombres

  • Verrugas genitales con distintas formas (planas, elevadas o en coliflor).
  • Lesiones en el pene, escroto, alrededor del ano, glúteos, muslos o garganta.
  • Molestias o sangrado en caso de lesiones internas.

En ambos sexos

  • Las lesiones suelen aparecer semanas o meses después del contacto sexual con alguien portador.
  • En casos de VPH de alto riesgo, el virus puede estar latente durante años sin mostrar señales.

En conclusión, la única forma confiable de responder a la pregunta “¿Cómo saber que tengo VPH?” es mediante pruebas médicas.


Pruebas para detectar el VPH

El diagnóstico del VPH depende del sexo y de si existen síntomas visibles o no:

En mujeres

  • Papanicolaou: identifica células anormales en el cuello uterino.
  • Prueba de VPH de alto riesgo: detecta directamente la presencia del virus.
  • Colposcopia: examen visual con un microscopio especial para observar lesiones.

En hombres

  • Androscopía o penescopía: observación detallada del pene mediante un colposcopio para identificar lesiones no visibles a simple vista.
  • Revisión clínica: en presencia de verrugas, el médico puede diagnosticar la infección directamente.

Los especialistas recomiendan que las parejas sexuales de personas diagnosticadas también acudan a chequeos médicos para descartar contagio.


Factores de riesgo del VPH

Aunque cualquiera puede infectarse, hay factores que aumentan la probabilidad de adquirir el virus:

  • Iniciar relaciones sexuales a edad temprana.
  • Tener múltiples parejas sexuales.
  • Mantener relaciones sin protección.
  • Tener una pareja portadora del virus.
  • Fumar tabaco.
  • Tener el sistema inmunológico debilitado.
  • Pertenecer a poblaciones con prácticas sexuales de mayor riesgo (hombres homosexuales o bisexuales).

De los más de 150 tipos de VPH, alrededor de 40 se transmiten por vía sexual. Entre ellos, los tipos 16 y 18 son los más peligrosos, pues están vinculados directamente al desarrollo de cáncer.


¿Qué pasa si tengo VPH?

En la mayoría de los casos, el virus desaparece de forma natural en un periodo de uno a dos años. Sin embargo, cuando persiste, puede generar verrugas o lesiones precancerosas.

En estos casos, el tratamiento se centra en:

  • Eliminar verrugas mediante crioterapia, láser o fármacos específicos.
  • Monitoreo constante para detectar a tiempo cualquier cambio celular.
  • Seguimiento médico a la pareja para evitar contagios cruzados.

Es importante señalar que no existe un tratamiento que elimine el VPH en sí mismo, sino para sus manifestaciones.


¿Cómo prevenir el VPH?

La prevención es la clave para reducir el impacto de esta infección:

Uso del preservativo

  • Disminuye considerablemente el riesgo de contagio.
  • No protege al 100 %, pero reduce la incidencia de verrugas genitales.

Vacunación contra el VPH

  • Es la medida más eficaz y segura.
  • Protege contra las cepas de mayor riesgo (principalmente los tipos 16 y 18).
  • Se recomienda aplicarla en niñas y niños entre 9 y 14 años, antes del inicio de la vida sexual.
  • También puede aplicarse en adultos jóvenes que no hayan sido vacunados.

En México, la vacuna está incluida en las campañas de salud pública y también puede conseguirse en clínicas privadas.


Síntomas tempranos a los que debes prestar atención

Aunque muchas veces no hay señales visibles, acudir al médico es recomendable si presentas:

  • Pequeñas protuberancias en la zona genital.
  • Molestias o dolor al tener relaciones sexuales.
  • Sangrado inusual en mujeres fuera de la menstruación.
  • Dolor o irritación persistente en garganta o ano tras prácticas sexuales orales o anales.

Saber si tienes VPH no siempre es sencillo, ya que puede permanecer en el organismo sin dar síntomas durante años. La mejor manera de responder a la pregunta “¿Cómo saber que tengo VPH?” es acudir a revisiones médicas periódicas y realizarse pruebas como el Papanicolaou, la colposcopia o la penescopía en hombres.

Además, la vacunación contra el VPH y el uso responsable del preservativo siguen siendo las mejores herramientas para prevenir complicaciones.

Recuerda: cuidar tu salud sexual no solo te protege a ti, sino también a tus parejas. Una consulta médica a tiempo puede marcar la diferencia entre una infección transitoria y un problema mayor.

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