Un gigante tecnológico enfrenta uno de los mayores desafíos legales de su historia: se trata del juicio antimonopolio contra Google liderado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) que podría redefinir el futuro del mercado de las búsquedas en línea.
El juicio antimonopolio contra Google, que arrancó formalmente en 2023 y continúa en 2025, busca demostrar que Google abusó de su posición dominante para impedir la competencia y consolidar su control sobre la industria publicitaria digital.

Juicio antimonopolio contra Google
El DOJ acusa a Google de establecer acuerdos exclusivos con fabricantes de dispositivos móviles, navegadores y operadores para asegurarse de ser el motor de búsqueda predeterminado. Según los fiscales, esta estrategia sofoca la innovación y limita las opciones de los consumidores.
Entre los contratos más controvertidos está el que mantiene con Apple, donde Google paga miles de millones de dólares al año para ser el buscador por defecto en Safari, tanto en iPhones como en MacBooks.
Estas prácticas, según los demandantes, violan las leyes antimonopolio al obstaculizar la competencia leal, eje del juicio antimonopolio contra Google.

El argumento de Google
Google ha defendido su modelo de negocio afirmando que sus acuerdos no impiden a los usuarios cambiar de buscador y que su dominio se debe a la calidad de su servicio, no a la imposición de su producto.
“Los consumidores eligen Google porque quieren, no porque estén obligados”, dijo Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de la compañía.
Además, la empresa argumenta que la publicidad digital basada en datos permite ofrecer servicios gratuitos a millones de usuarios y que romper su modelo actual afectaría la innovación tecnológica.
La importancia del juicio antimonopolio contra Google
Este proceso podría marcar un antes y un después en la forma en que se regula a las grandes tecnológicas.
Google controla cerca del 90 % del mercado de búsquedas en línea a nivel mundial y capta una enorme porción del gasto publicitario digital.
Un fallo en su contra obligaría a modificar profundamente su modelo de negocio, lo que impactaría a todo el ecosistema digital, desde anunciantes hasta desarrolladores de contenido y usuarios.
Expertos comparan este juicio con el histórico caso contra Microsoft en los años 90, cuando se le obligó a frenar sus prácticas anticompetitivas en el mercado de los navegadores.
Si Google pierde, podrían surgir nuevos competidores en el sector de búsqueda, como DuckDuckGo o Bing, lo que reconfiguraría el panorama digital.
¿Cuándo se conocerá el veredicto?
El juicio continúa en 2025 y se espera un veredicto para finales de año. Mientras tanto, analistas y reguladores de todo el mundo observan atentamente, ya que este caso podría sentar precedentes para otras investigaciones contra gigantes como Amazon, Apple o Meta.