Ya pronto a terminar el polémico periodo de Joe Biden, entre luces y sombras, se hizo un gran esfuerzo pese a la pandemia; pero ¿Cómo recibe la economía la gestión de Donald Trump?
Ciertamente, el último año de Trump no fue del todo bueno, y fue precisamente por la economía, dado el impacto tras el inicio de la pandemia.
Por su parte, Joe Biden debido sortear decenas de situaciones que obligaron a elevar el gasto social, la inflación, entre otros aspectos.
Pese a ello, la economía estadounidense se expandió a un saludable ritmo anual del 2.8% entre julio y septiembre.
En gran parte ello se debió a un fuerte gasto de los consumidores y al aumento de las exportaciones.
Un informe de este miércoles, 27 de noviembre, ratifica que dejó sin cambios su estimación inicial de crecimiento para el tercer trimestre.
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Al respecto, el Departamento de Comercio informó que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense (la producción de bienes y servicios de la economía) se desaceleró respecto de la tasa del 3% registrada entre abril y julio, pero sigue mostrando que la economía más grande del mundo es sorprendentemente resistente.
El crecimiento ha superado el 2% en ocho de los últimos nueve trimestres.
¿Cómo recibe la economía la gestión de Donald Trump?
Los votantes no se impresionaron por el crecimiento constante y eligieron este mes devolver a Donald Trump a la Casa Blanca para revisar las políticas económicas del país.
Pero, además, fue una victoria total, pues será apoyado por las mayorías republicanas en la Cámara de Representantes y el Senado.
El gasto de los consumidores, que representa alrededor del 70% de la actividad económica de Estados Unidos, se aceleró a un ritmo anual del 3.5% el trimestre pasado, frente al 2.8% del período abril-junio y el crecimiento más rápido desde el primer trimestre de 2023.
¿Cómo recibe la economía la gestión de Donald Trump?
Las exportaciones también contribuyeron al crecimiento del tercer trimestre, aumentando a una tasa del 7.5%, la mayor en dos años. Aun así, el crecimiento del tercer trimestre tanto del gasto de los consumidores como de las exportaciones fue menor de lo que el Departamento de Comercio estimó inicialmente.
Pero el crecimiento de la inversión empresarial se desaceleró drásticamente debido a una caída de la inversión en vivienda y en edificios no residenciales, como oficinas y almacenes. Por el contrario, el gasto en equipos aumentó.
Cuando asuma el cargo el mes próximo, el presidente electo Trump heredará una economía que parece en general saludable.
El crecimiento es constante. El desempleo es bajo, del 4.1%. La inflación, que alcanzó un máximo de cuatro décadas del 9.1% en junio de 2022, ha caído al 2.6%.
Eso todavía está por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal, pero el banco central se sintió lo suficientemente satisfecho con el progreso contra la inflación como para recortar su tasa de interés de referencia en septiembre y nuevamente este mes.
La mayoría de los operadores de Wall Street esperan que la Fed recorte las tasas nuevamente en diciembre.
Pero de cómo recibe la economía la gestión de Donald Trump hay un indicador importante, la inflación.
La ciudadanía todavía siente el impacto de la inflación: los precios son aproximadamente un 20% más altos que en febrero de 2021, justo antes de que la inflación comenzara a repuntar.
Trump ha prometido una reestructuración económica. El lunes, por ejemplo, prometió aplicar nuevos impuestos a las importaciones de bienes de China, México y Canadá.
Los economistas tradicionales consideran que esos impuestos (o aranceles) son inflacionarios. Esto se debe a que los pagan los importadores estadounidenses, quienes luego buscan trasladar los costos más altos a sus clientes.