Crisis por la desaparición de los centavos en Estados Unidos: comercios al borde del colapso por falta de cambio

La decisión del presidente Donald Trump de detener la producción de los centavos en Estados Unidos a principios de este año ya empieza a mostrar consecuencias inesperadas en la economía cotidiana del país.

La decisión del presidente Donald Trump de detener la producción de los centavos en Estados Unidos a principios de este año ya empieza a mostrar consecuencias inesperadas en la economía cotidiana del país.

Lo que comenzó como una medida para reducir costos de fabricación y eliminar “gastos innecesarios” se ha convertido en un desafío logístico que afecta a bancos, minoristas y consumidores en todo el territorio estadounidense.

En múltiples regiones del país, los comerciantes se han quedado sin centavos para dar cambio exacto, mientras que los bancos racionan las pocas monedas que les quedan. Este escenario, que parecía poco probable en una de las economías más sólidas del mundo, está generando confusión, pérdidas económicas y hasta potenciales conflictos legales.

Escasez de centavos: el nuevo problema del comercio en EE.UU.

Empresas como la cadena de tiendas de conveniencia Sheetz lanzaron promociones insólitas para conseguir monedas, ofreciendo bebidas gratis a los clientes que llevaran 100 centavos en Estados Unidos. Otros minoristas afirman que la falta de cambio les ha costado millones de dólares en pérdidas, ya que se ven obligados a redondear los precios hacia abajo para evitar demandas por cobros indebidos.

“Es una cantidad considerable de dinero que se pierde en cada transacción”, explicó Dylan Jeon, director de relaciones gubernamentales de la Federación Nacional de Minoristas. El problema, lejos de solucionarse, se intensifica con la cercanía de la temporada de compras navideñas.

El origen de la crisis se remonta a febrero de 2025, cuando Trump anunció el fin de la acuñación del centavo, alegando que su producción resultaba más costosa que su valor nominal. Según datos oficiales de la Casa de la Moneda de Estados Unidos (U.S. Mint), fabricar un centavo costaba 3,7 centavos, mientras que un níquel alcanzaba los 13,8 centavos por unidad. En palabras del mandatario, era “un gasto absurdo que debía eliminarse”.

“Vamos a reducir el despilfarro del presupuesto nacional, aunque sea un centavo a la vez”, escribió Trump en su cuenta de Truth Social.

Un ahorro millonario con consecuencias imprevistas

El Departamento del Tesoro estimó que el país podría ahorrar 56 millones de dólares anuales al dejar de acuñar centavos. Sin embargo, la medida se implementó de forma abrupta, sin un período de transición ni una estrategia para mantener la circulación de las monedas ya existentes.

Durante junio, se acuñaron los últimos centavos en Estados Unidos, y para agosto, las existencias fueron distribuidas a los bancos y empresas de transporte de valores. Desde entonces, los problemas de distribución y circulación comenzaron a evidenciarse.

El presidente del Guaranty Bank & Trust Co., Troy Richards, explicó que su entidad recibió un aviso de la Reserva Federal informando que los envíos de centavos serían reducidos. “Lo que no sabíamos era que esos envíos ya habían terminado”, señaló. El banco agotó sus reservas —unos 1.800 dólares en centavos— en apenas dos semanas.

Actualmente, las sucursales mantienen pequeñas cantidades de monedas solo para operaciones esenciales, como el cobro de cheques, lo que ha obligado a los comercios locales a buscar soluciones improvisadas.

La paradoja del centavo: circula poco y cuesta mucho

Durante 2024, la Casa de la Moneda emitió 3.230 millones de centavos, más del doble que las monedas de 25 centavos. Sin embargo, el problema radica en que los estadounidenses tienden a guardar sus centavos en frascos o cajones, por lo que pocas veces regresan al circuito económico.

Esa práctica cultural, combinada con la interrupción de la producción, ha generado una escasez sin precedentes. El sistema de distribución de monedas de la Reserva Federal cuenta con unas 170 terminales que permiten a los bancos retirar y depositar monedas, pero un tercio de ellas ya no procesan centavos, agravando aún más el desbalance entre regiones con exceso y aquellas con déficit.

Los grupos bancarios aseguran que esta falta de coordinación ha creado un cuello de botella. “Hay zonas del país con abundancia de centavos y otras que no tienen ninguno, pero no hay forma eficiente de redistribuirlos”, señaló una portavoz de la Reserva Federal.

El dilema legal del redondeo de precios

Además del impacto logístico, la falta de centavos en Estados Unidos ha abierto un nuevo frente legal. En varios estados, las leyes prohíben redondear hacia arriba los precios en efectivo, pues se considera una práctica injusta para los consumidores. Por eso, muchos comercios se ven forzados a redondear hacia abajo, asumiendo pérdidas que, acumuladas, resultan significativas.

Un vocero de la cadena Kwik Trip, con presencia en el Medio Oeste, confirmó que la empresa está redondeando cada pago en efectivo hacia el níquel más cercano, lo que podría representar pérdidas anuales de más de 3 millones de dólares. Algunas tiendas han optado por invitar a los clientes a donar su cambio restante a causas benéficas para reducir el impacto de la falta de monedas pequeñas.

¿Qué propone el Congreso para resolver la crisis del centavo?

En respuesta al caos generado, un grupo de legisladores presentó el proyecto de ley Common Cents Act (Ley del Sentido Común), que busca autorizar el redondeo de las transacciones en efectivo al níquel más cercano, tanto hacia arriba como hacia abajo. La iniciativa ha recibido apoyo del sector minorista, aunque algunos defensores del consumidor advierten que podría afectar a los compradores de bajos ingresos si se permite redondear hacia arriba.

Hasta el momento, el Departamento del Tesoro no ha emitido una orientación clara para bancos ni comercios sobre cómo proceder durante la transición. La falta de lineamientos federales agrava la incertidumbre en el mercado, donde tanto empresarios como clientes desconocen las normas que regirán las transacciones en efectivo en los próximos meses.

Un precedente internacional y una lección pendiente

Varios países ya han eliminado sus monedas de baja denominación sin grandes contratiempos. Canadá retiró su centavo en 2013 tras una transición gradual, mientras que Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido también llevaron a cabo procesos similares con planificación y campañas informativas.

Estados Unidos, en cambio, eliminó el centavo sin acción del Congreso ni proceso de adaptación, lo que ha dejado a las industrias bancaria y minorista enfrentadas a una tormenta económica y burocrática.

No queremos que vuelva el centavo, pero sí necesitamos claridad del gobierno sobre cómo operar sin él”, declaró Jeff Lenard, portavoz de la Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia. “De lo contrario, el problema seguirá empeorando”.

El fin del centavo y un nuevo desafío para la economía diaria

El fin de los centavos en Estados Unidos representa una medida fiscal que, aunque bien intencionada, ha tenido consecuencias imprevistas. Lo que buscaba ahorrar millones al gobierno ahora amenaza con generar pérdidas millonarias al comercio minorista, desequilibrios en la banca y frustración entre los consumidores.

Mientras la economía estadounidense intenta adaptarse a esta nueva realidad sin centavos, los expertos advierten que la solución pasa por una política monetaria clara y coordinada, que permita a todos —desde el pequeño comerciante hasta las grandes cadenas— operar sin el fantasma del cambio exacto.

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